lunes, 20 de abril de 2009

Ciudad Nazas, Durango, Nombre y vida que da el río.


Articulo escrito por: Sonia Maeda Martínez en el semanal Siglo Nuevo del periódico, "El Siglo de Torreón" de la Ciudad de Torreón, Coahuila.

La historia de Nazas, Durango, aunque escrita en libros y documentos, se encuentra grabada en la mente de sus habitantes. Porque aquí se han sucedido, desde que fue fundada como Misión de Cinco Señores, muchos acontecimientos notables que sus pobladores recuerdan y trasmiten a todos. Este sitio, además, ha sido la cuna de grandes
hombres y mujeres, que han llevado su nombre a todo el mundo. Por eso, escribir sobre nuestras regiones, después de hacer un recorrido por ellas, significa ver en el rostro de su gente, en sus costumbres, en su habla, en su comida, ese modo de ser tan particular cultura que los hace distintos. Porque el medio ambiente y esa historia personal y a la vez de todos, les determina. Aquí, por ejemplo, uno de los grandes protagonistas es su río.

Ubicada en la margen derecha del río Nazas–Nasas, como se encuentra escrito originalmente en los primeros documentos sobre esta región- la ciudad se constituye como cabecera municipal que abarca 42 localidades. Y su historia comienza en 1595, cuando el padre Jerónimo Ramírez, jesuita, hace los primeros contactos con los indígenas que habitan las márgenes del río, al que nombra de las Nasas porque observa que los naturales pescan con estas cestas. Forma un pueblo con indígenas zacatecos, a unos siete kilómetros de la actual ciudad, por el vado de San Antonio, el que después en 1598 se transforma en misión, cuando llega el padre Juan Agustín de Espinoza, quien la llama de Cinco Señores, reuniendo con este nombre a San Joaquín, a Santa Ana, a San José, a la Virgen María y al Niño Jesús. Es una misión muy inestable por los continuos ataques de los cocoyomes y tobosos, por lo que se cambia definitivamente a lo que es hoy Ciudad Nazas.

Hacia 1695, estas tierras feraces y pródigas fueron adquiridas por el capitán Juan B. Escorza del presidio de Pasaje, después expedidas en gran parte a favor de Pedro Morcillo y rematadas posteriormente a don Pedro Sánchez de Tagle, en el año de 1702. El gobernador de la Nueva Vizcaya, Manuel de San Juan y Santa Cruz, en 1715, funda oficialmente el pueblo con 200 familias indígenas babosorigames y coahuilas, con el nombre de Pueblo Nuevo del río de las Nasas, el que cambia, poco tiempo después, al de Misión de Cinco Señores del Río de las Nasas. Se puebla y se despuebla en tres ocasiones, porque este sitio pródigo despierta la codicia de los españoles quienes entablan la lucha con los indígenas ahí asentados. Por el año de 1727 se repuebla a iniciativa de don José Barroterán, quien trae a esta región a 120 familias tarahumaras. Así, quedan delimitados los linderos el 21 de agosto de 1745, después de transacciones y convenios con varios propietarios de tierras aledañas, respetándose solamente la parte cedida por los propios naturales, de tierras de labor a las márgenes del río, para el sostenimiento de la misión.

Poco a poco, se van formando haciendas con grandes extensiones de tierras, muy fértiles. Hacia 1753 se eleva a la categoría de parroquia a la antigua iglesia misional, la que en 1820 es arrasada por aquel terrible incendio que sufre Cinco Señores. Se erige entonces una nueva, que es la que existe ahora como Parroquia de Santa Ana. En 1824 se reconoce la categoría de villa a Cinco Señores, la que –en 1867- toma el nombre de Nazas, llegando a ser ciudad hacia el año de 1931.

En esta región, el río Nazas siempre lleva el agua y el limo que nutren la tierra en la que están sembrados los nogales, los trigales, los maizales, además de las plantas de cacahuate, de alfalfa, algodón y chile. Estas tierras forman el paisaje en el que viven sus más de 12,000 habitantes, el que está enmarcado por la Sierra del Rosario, la que además brinda minerales como la bentonita y el uranio.

Con toda esta riqueza natural, Nazas no puede menos que ser el lugar en el que nacen don Enrique Torres Sánchez, notable abogado y gobernador del estado de Durango. Don José Ignacio Gallegos, historiador y cronista duranguense. José Alberto Terrones Benítez, quien participa en la toma de Zacatecas, llegando a tener el grado de General Brigadier. Vicente Castro, brillante abogado y Senador de la Republica entre otros.

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